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Sexo, mentiras y feminismo

INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES EL FEMINISMO?

Autor de la obra original: Peter Zohrab

Traducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave

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VERSIÓN DEL 2002

Rendall (The Origins of Modern Feminism: Women in Britain, France and the United States, 1780-1860, London:Macmillan, 1985 (Los orígenes del feminismo moderno: mujeres en Inglaterra, Francia y los Estados Unidos))* plantea que la palabra “feminismo” se utilizó por primera vez en lengua inglesa en el año 1894. Se derivó de la voz francesa “feminisme”, la cual fue inventada, según parece, por el socialista utópico francés, Charles Fourier.

Me gustaría intentar dar una definición de feminismo la cual incluya todos los “feminismos” mencionados en este libro –Y puede que incluso otros que no lo están. Parece que las feministas tienen alguna dificultad para definir el feminismo- principalmente porque las feministas han conquistado las sociedades occidentales de un modo tan absoluto que han dejado pocos no-feministas con los que compararse.

Los grupos normalmente se autodefinen en relación a los no miembros, y como este grupo en concreto sólo puede encontrar unos escasos no miembros organizados, termina con una confusa imagen de sí mismo. Espero ser de alguna ayuda en este aspecto, en la medida en que este libro se centra en la tesis de que las víctimas del modelo de opresión, se ajustan a la situación de los hombres al menos tan bien como se acomodan a la situación de las mujeres, y que los opresores de los hombres son los feministas (masculinos y femeninos)-además de ciertos hombres no feministas excesivamente caballerosos. Desde mi punto de vista, este libro logra apuntalar esta idea, pero es a ti a quien le corresponde valorar si he tenido éxito.

* Nota del traductor: De todos los textos, conferencias o artículos citados como referencia en esta introducción por Peter Zohrab casi ninguno- aparte de la obra de Simone Weil “la opresión y la libertad”- parece haber sido traducido aún al castellano. En consecuencia, estas referencias aparecen primero con su título en versión original, traducido después fielmente a nuestro idioma. De esta manera los lectores podrán hacerse una idea de su temática general y si lo desean buscar el original en lengua extranjera. De aquí en adelante aquellos títulos que aparezcan sólo en castellano serán aquellos que han sido traducidos a nuestro idioma. Cuando únicamente esté disponible la versión original el título aparecerá en inglés y castellano.

Otro problema que se le presenta a cualquiera que quiera definir “feminismo” es que, cada vez que una generación de feministas gana sus batallas y se retira, la siguiente generación llega con un conjunto de preocupaciones, quejas y demandas completamente nuevas. Durante la mayor parte del siglo XIX, las feministas estuvieron ocupadas en obtener el derecho al voto, y los derechos de propiedad. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el interés se ha centrado primero en la materia del empleo y el aborto, y posteriormente en crímenes en los que las mujeres son las demandantes habituales y los hombres los presuntos perpetradores- por ejemplo la violación, la violencia doméstica y el abuso sexual de menores. Estas diferentes generaciones tienden a autodefinirse en base a sus propias metas políticas del momento. Esto confunde cualquier tentativa de obtener una visión general de este movimiento político:

“Un problema central dentro del discurso feminista ha sido nuestra incapacidad para alcanzar un consenso de opinión referido a qué es el feminismo, o para aceptar definiciones que podrían servirnos como puntos de unificación. Sin un acuerdo en lo referido a las definiciones, carecemos de una base firme sobre la que construir la teoría o acoplarnos a una práctica global con sentido.” (Bell Hooks, Feminist Theory: From Margin to Center, Boston: Editorial South End, 1989, p.17 (Teoría feminista: del margen al centro ))

Esta incertidumbre referida a la esencia del feminismo es uno de los distintivos del feminismo posmoderno. Anteriormente, las feministas no encontraron tan difícil definir el feminismo. El libro de texto sobre feminismo del grupo de estudios de mujeres de Bristol (1979), por ejemplo, a pesar de reconocerse incapaz de dar una definición clara sobre la disciplina académica de los estudios de mujeres, da la siguiente definición de su tema, el feminismo. La considero una excelente definición, y la mía propia es muy similar.

“Por feminismo nos referimos tanto a la conciencia de la posición de las mujeres en la sociedad como a la de desventaja o desigualdad comparada con la de los hombres, y también al deseo de eliminar estas desigualdades.” (Grupo de estudios de mujeres de Bristol, Half the Sky: An Introduction to Women's Studies,1979, p. 3( La mitad del cielo: una introducción a los Estudios de Mujeres.) )

Un no feminista podría pensar que esta definición demuestra un cambio de opinión racional y equitativo – que deja la puerta abierta a una lúcida discusión sobre si es realmente cierto que la posición de las mujeres en la sociedad fue de desventaja o desigualdad. El deseo de terminar con estas desventajas y desigualdades desaparecería supuestamente si se acordase, tras un periodo de diálogo entre los feministas y los no feministas, que aquéllas, de hecho, no existían. Pero compara esto con la mentalidad implícita en lo que sigue:

“Si el feminismo se define en un sentido amplio por la búsqueda de una sociedad sexualmente justa, mucha gente compartirá como mínimo alguna de sus metas, a pesar de que repudien esta etiqueta.” (Meehan, British Feminism from the 1960s to the 1980s, in Smith (ed.) 1990, p. 189 (El feminismo británico desde la década de los 60 hasta los 80.))

El problema con esta definición es que simplemente considera irrebatible, además de que afirma abiertamente, lo que reivindicaba la afirmación anterior, es decir, que la posición de las mujeres en la sociedad es de desventaja comparada con la de los hombres. Una feminista es alguien (como la propia palabra indica) que está fundamentalmente, si no de un modo exclusivo, interesada en promocionar el punto de vista femenino y los objetivos políticos de las mujeres. Simplemente suponer que esto es lo mismo que sugerir justicia sexual delata un esquema mental unilateral, el cual vuelve casi imposible el diálogo constructivo con un no feminista.

Una buena definición de una feminista aparecía en un folletín sobre las sesiones públicas de la conferencia nacional del año 1993, del Lobby Electoral de Mujeres Neozelandesas (WEL) ** en Wellington, Nueva Zelanda:

“WEL define a una feminista como alguien que cree que las mujeres están social y económicamente en desventaja a causa de su género y actúa en base a esta creencia.”

He aquí otra interesante valoración del feminismo:

“El feminismo no es, en mi opinión, un conjunto de respuestas a priori, ni un compromiso con una ideología en concreto. Se trata más bien de la buena voluntad para seguir las preguntas hasta donde quiera que nos lleven. El feminismo insiste sobre el deber de escuchar muy atentamente la experiencia de las mujeres con el propósito de reformular nuestras acciones y pensamiento. De esta manera es más un método para la investigación creativa que un conjunto de opiniones predeterminadas. El feminismo es un compromiso con el bienestar de las mujeres, para buscar la justicia en lugar del patriarcado, pero el tema del bienestar de las mujeres no es necesariamente conocido de antemano” (Pellauer: Moral Callousness and Moral Sensitivity: Violence against Women, Andolsen et al. 1987, p. 34 (Endurecimiento moral y sensibilidad moral: La violencia contra las mujeres.))

Esta sentencia expresa una mala interpretación habitual relacionada con la naturaleza de las ideologías. Ninguna ideología, y ninguna religión, está preparada para anticipar todos los temas que podrían aflorar, y por este motivo los temas son interpretados a la luz de las circunstancias dominantes de los partidarios de esa ideología o religión concreta. Por eso otras ideologías son exactamente tan “abiertas” como lo es el feminismo- tendiendo a determinar que cuestiones son planteadas por sus seguidores, más que proporcionando todas las respuestas preestablecidas. Esta es la razón por la que existen tantas versiones del Marxismo, y por la que puede existir un debate teórico sobre la adecuada aproximación marxista a muchos temas.

** N. del T: El acrónimo WEL no procede del nombre traducido al castellano de esta organización, sino que se respeta su original forma inglesa, derivada de “Women's Electoral Lobby”

Con todo, estoy convencido de que las feministas siempre han seguido las cuestiones hasta donde quiera que llegasen- pero el caso es que la ideología feminista determina en primer lugar que preguntas deben contestarse. Este libro señala la tendenciosidad inherente en los tipos de preguntas que el feminismo siempre plantea, y sugiere otras preguntas que podríamos y deberíamos contestar también.

Las feministas, como indica Pellauer, escuchan atentamente la experiencia de las mujeres. Por el mismo principio no escuchan atentamente la experiencia de los hombres. Este es un indicativo claro de la arbitrariedad que es intrínseca a la ideología feminista.

“La razón por la que el feminismo descubre esta realidad, su secreto metodológico, es que el feminismo se construye creyendo los relatos de las mujeres de su uso y abuso sexual por parte de los hombres” (Catharine A. MacKinnon, Feminism Unmodified, p. 5 (Feminismo sin modificar))

El tácito corolario de esto, por supuesto, es que ellas no creen a los hombres. Esta visión unilateral puede también conducir a las feministas (y al conjunto del sistema legal occidental) por caminos carentes de rigor científico, como veremos en relación con el libro de Lenore Walker, The Battered woman, (La mujer maltratada) en mi capítulo sobre violencia doméstica.

Como expone Pellauer, el feminismo es un compromiso con el bienestar de las mujeres-pero (siguiendo el argumento) no se trata de un compromiso con el bienestar de los hombres. Si en algún momento dado se produce un conflicto entre el bienestar de los hombres y el de las mujeres, no queda ninguna duda sobre el lado del que estarán las feministas.

Como veremos en el capítulo sobre la circuncisión, las feministas de los países occidentales fijan su atención en la mutilación genital femenina de los países del tercer mundo- pero cuando se les interroga sobre la mutilación genital masculina en sus propios países, soslayan la cuestión como un problema de hombres. Alguien podría pensar que no existe nada de malo en ser tendencioso. Sin embargo, las feministas reivindican muy a menudo que su meta es la igualdad sexual, y las feminazis (feministas totalitarias) tratan activamente de impedir que las posiciones de los derechos de los hombres sean propagadas con la misma intensidad que las ideas feministas. Por lo tanto esta tendenciosidad es un asunto muy serio.

Mi propuesta ante este problema es definir al feminismo como la aplicación del modelo de víctimas de la opresión a la situación de las mujeres en la sociedad. Así una feminista es alguien que cree que este modelo (en cualquier sociedad dada) se ajusta a la situación de las mujeres más que a la de los hombres. Esto no significa que todas las feministas crean que los “opresores” de las mujeres sean los hombres- algunas feministas creen que la verdadera opresora es la misma sociedad, y que los hombres, a su vez, están oprimidos por la rigidez de los roles que la sociedad les fuerza a asumir.

Creo que esto debería bastar como definición. Sin embargo, podría también añadirse que las feministas tienden a ser generocéntricas*** e incapaces de reconocer ninguna de las formas en las que los hombres son discriminados u oprimidos. Algunas feministas coinciden vehementemente en que los hombres están discriminados por los roles de género masculinos pero arguyen:

1) Se trata de un problema de los hombres y no suyo, y

2) cuando las mujeres sean “liberadas”, los hombres se liberaran también.

A pesar de todo, la clase de problemas que yo trataré en este libro no son problemas causados por los roles de género – salvo por el hecho de que actualmente el rol de género de una mujer en las sociedades occidentales es oprimir a los hombres ignorando sus necesidades y concentrándose en los supuestos “derechos” de las mujeres. Por eso el feminismo es en realidad un estado mental, lo que significa que es muy poco probable que muera por falta de temas sobre los que batallar. Si los temas no existiesen, tendrían que inventarse (tal como el escritor francés Voltaire dijo sobre Dios)

*** N. del T: El término “generocéntricas” no está aceptado por la Real Academia de la Lengua, pero es la traducción más correcta de la voz inglesa “gendercentric”. Se entendería por generocéntrico aquello que basa su acción en el género de la persona, siendo el género desde un punto de vista feminista la construcción cultural que la sociedad asocia con los dos sexos, generador de las marcadas diferencias entre lo masculino y lo femenino y por ende de las conductas, actitudes y tendencias específicas de los hombres y las mujeres. De esta manera el género afecta y separa a los dos sexos, pero no puede considerarse un reflejo exacto de su auténtico potencial, ni la expresión veraz de todas sus cualidades, sino sólo de aquellas que a la sociedad le ha interesado destacar.

Apoyando esto, estoy en fuerte desacuerdo con Simone Weil, que dijo, “La opresión procede exclusivamente de las condiciones objetivas.” (Simone Weil, la opresión y la libertad). Este es un punto de vista un tanto infantil- a pesar de que resulte comprensible, proviniendo de una defensora del activismo antisistema-. Lo que digo es que la presencia o ausencia de “opresión” está determinada por supuesto por los falibles seres humanos. En algunas ocasiones buscarán la opresión incluso cuando las condiciones objetivas no parezcan incluir la más mínima opresión en opinión de terceros.

A la inversa, situaciones de opresión real pueden ser, y de hecho lo son, ignoradas por personas con una ideología que les ciega frente a una determinada modalidad de opresión. Este libro- en parte- es un intento de retirar la venda de los ojos de aquella gente que llega a negar por motivos ideológicos incluso la posibilidad de que los hombres puedan ser oprimidos.

 

Prólogo a la versión española

Prefacio a la Edición NZEP

Introducción: ¿Qué es el Feminismo?

Capítulo 1: Narcisismo Feminista y Poder Político.

Capítulo 2: Circuncisión contra elección

Capítulo 3: Violación: Conservando Tu Pastel a Pesar de Habértelo Comido

Capítulo 4: Mentiras sobre la violencia doméstica, un dilema sin salida para los hombres.

Capítulo 5: Falsas acusaciones y la mentira del abuso infantil

Capítulo 6: La Mentira del Sistema de Justicia Masculino

Capítulo 7: Temas laborales y la mentira de que “las mujeres pueden hacer cualquier cosa”

Capítulo 8: Las mentiras sobre la educación

Capítulo 9: Mentiras, malditas mentiras y estadísticas de las Naciones Unidas.

Capítulo 10: La mentira de la igualdad

Capítulo 11: El derecho a la elección y el aborto

Capítulo 12: El Lenguaje sexista: ¿Cree Satán que ella es varón?

Capítulo 13 : Educadoctrinamiento mediante el complejo de los medios de comunicación y la universidad

Capítulo 14: La Mentira de la representación masculina

Capítulo 15: Manifestaciones del feminismo

Notas

Referencias

FAQ

Webmaster

Peter Douglas Zohrab

Latest Update

20 June 2015

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