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Empowering Men:fighting feminist lies |
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Sexo, mentiras y feminismoCapítulo 4: Las mentiras sobre la educaciónAutor de la obra original: Peter ZohrabTraducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave |
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En la educación, como en cualquier otra parte de la sociedad, las feministas han buscado y encontrado “víctimas” femeninas. Parafraseando el dicho de Voltaire referido a los hombres y Dios: si no existen víctimas femeninas donde las feministas las buscan ¡entonces se las inventan!
Un mito que están propagando aún es que los chicos acaparan la atención de los profesores en las aulas coeducacionales. En muchos países, este mito se divulgó sin duda a cuenta del contribuyente, y al cargo de las cuentas sindicales que los profesores de ambos sexos pagaban a sus sindicatos. Al margen de quien pagase la cuenta, el resultado fue el mismo: un considerable frotarse las manos.
En un principio, criticaron que las chicas sufrían como consecuencia de una (ligeramente) inferior tasa de participación, e incluso cuando los datos demostraron claramente que los chicos estaban peor en esto que las chicas, todavía encontraron un camino para convertir a las chicas en las víctimas principales:
El estudio del departamento de educación muestra también que los chicos repiten curso y abandonan los estudios más a menudo que las chicas. Aun así las chicas que repiten curso tienen más probabilidades de dejar la escuela que los chicos. (Asociación americana de mujeres universitarias 1999 www.aauw.org/1000/eseamyth.html)
He tenido una considerable experiencia con la estupidez feminista en áreas académicas, pero este debería ser un ejemplo clásico: Hacen un gran escándalo acerca de la supuesta dominación de los chicos, ¡e ignoran quien está siendo perjudicado realmente! Debería ser evidente que el introvertido (hombre o mujer) que realiza su trabajo tranquilamente puede en la práctica disponer de más tiempo para realizar una buena labor de aprendizaje que alguien que está acaparando constantemente el tiempo del profesor por cualquier motivo. Les hubiese resultado útil investigar este aspecto del problema.
Irónicamente, cuando Eileen Byrne, que detentaba la presidencia de educación en política de estudios de la universidad de Queensland, Australia, visitó Nueva Zelanda en 1994, desmontó numerosos mitos sobre las chicas dentro del mundo de la educación, incluyendo este:
“No es cierto que en las clases mixtas todos los chicos dominen el discurso. Un sondeo masivo realizado sobre 120 de los estudios pertinentes que son citados más a menudo mostró que, en un tercio de las investigaciones, ninguno de los dos sexos dominaba y en otro tercio, la diferencia era tan insignificante que no constituía un motivo para la aplicación de políticas concretas. En el tercio restante, sí, era cierto que las chicas no dominaban en absoluto y los chicos lo hacían, pero sólo eran tres chicos quienes lo hacían, o dos chicos, o uno. La mayoría de los chicos tampoco dominaban. Esta es una cuestión de gestión de la clase. Es un problema de buena enseñanza. En primer lugar, es negativo para cualquier trío de estudiantes tener demasiado protagonismo y dominar, se trate de chicos o chicas. En cada uno de estos casos existían siempre una o dos chicas que intentaban dominar: Las chicas sabelotodo también existen. (PPTA News (Noticias de la asociación de profesores de posprimaria, Vol. 15 No.3, Abril 1994).
Un problema que afecta a los chicos es la creciente feminización de la enseñanza. De acuerdo con un artículo en la pág. E2 del Sunday Star-Times del 10 de marzo de 1996, el psicólogo australiano Steve Biddulph señaló que un escaso porcentaje de profesores masculinos en la primaria da lugar a chicos que “no pueden concebir que el trabajo de profesor sea una actividad masculina.” 1 Necesitamos escuchar la opinión de los hombres y de los chicos. Si un mayor número de chicos que de chicas intentan monopolizar la atención del profesor en una minoría de aulas, ¿podría deberse a que la mayoría de las profesoras son mujeres y se sienten sexualmente atraídos por ellas? ¿o las profesoras feministas tienden a dar una atención tan superior a las chicas, que los chicos se sienten descuidados, incluso demonizados, con toda la razón? Esto no es bueno para su moral, autoestima o (con toda probabilidad) desempeño académico, si es que esto es lo que está sucediendo.
Para darte un ejemplo de arbitrariedades en las escuelas: en un colegio mixto me encontré con que el catálogo de la librería tenía listados más de 300 libros sobre “mujeres” y “chicas” ¡pero menos de 30 sobre “hombres” y “chicos”! conozco a profesores que asumen automáticamente que todas las mujeres son amables y bien intencionadas- y que los hombres y los chicos son lo opuesto. Si intento colocar temas a favor de los hombres en la agenda de reuniones de mi rama sindical de profesor, son colocados en ciertas ocasiones bajo la etiqueta de “negocios generales”, por lo que dispongo de poco o ningún tiempo para discutirlos- o alguien llega tarde a la reunión y hace mucho ruido, como si intentase interrumpir mi presentación.
En un estudio, la lectora de la Universidad de Massey Sarah Farquhar encontró discriminación contra los hombres en la enseñanza temprana de la infancia. (Education Weekly (semanario educacional) Vol. 8 No. 284, Lunes, 3 de febrero de 1997) Más aún, un 55% de profesores masculinos informaron de haber sido tratados como potenciales o reales abusadores de niños como consecuencia de toda la propaganda que rodeó a un par de casos de supuesto abuso de menores. Esto ahuyentaba a los hombres de la profesión, y ahora muchos contratantes discriminan a los aspirantes varones en el campo de la enseñanza.
Gracias a la agenda antivarón de las feministas, los juzgados están condenando a hombres inocentes y, en muchas profesiones, son pocos los hombres capaces de encontrar trabajo. 2 Pero el excesivo número de profesoras puede haber tenido incluso consecuencias más siniestras en la educación de los chicos, de acuerdo con un estudio:
Estas comparaciones revelan tendencias sistemáticas de los profesores para evaluar los resultados de las chicas más favorablemente que los de los chicos... dentro de las áreas de la lectura y la expresión escrita los profesores mostraron tendencias constantes a evaluar las actuaciones de las chicas más favorablemente que las de los chicos, incluso después de que se realizasen ajustes por diferencias de género en tests objetivos (sic)3
Los autores de este estudio opinan que la razón para esta arbitrariedad es que los profesores incluyen inconscientemente una valoración del comportamiento y de la personalidad de los estudiantes en su evaluación del trabajo de los mismos. Ellos también dicen:
Es también posible que la tendencia de los profesores a evaluar más favorablemente a las chicas sea, en parte, una consecuencia involuntaria de una aplicación equivocada de los principios de la igualdad de géneros.
Cualquiera que sea la respuesta correcta- o incluso si ambas lo son- significaría que la tendenciosidad está presente con más probabilidad en las profesoras que en los profesores. Este es otro motivo por el que deberían haber más profesores masculinos- preferentemente un 50% del número total de profesores de ambos sexos.
Prejuicio contra los chicos
Thomas (1993) señala que, en la guardería y en la escuela primaria, las chicas superan a los chicos y esto puede ser el resultado del predominio de profesoras en ese nivel. Cita sondeos que demuestran que los profesores de ambos sexos elogian sistemáticamente a las chicas más que a los chicos, y critican a los chicos más que a las chicas. Una investigación de UCLA (Universidad de California, Los Ángeles) apoya esta afirmación.4 Cuando los niños de la guardería aprendían a leer con una máquina de autoaprendizaje, los chicos lo hacían mejor que las chicas. Pero cuando se les enseñaba a leer con una profesora, las chicas obtenían mejores resultados que los chicos.
Es crecientemente común para los medios de comunicación informar de que las chicas lo están haciendo mejor académicamente que los chicos. En el inicio de julio de 1999 en Nueva Zelanda, hubo una conferencia en Waitakere City (en el área metropolitana de Auckland o Gran Auckland, Nueva Zelanda) sobre los chicos en las escuelas, seguido del informe que la oficina del comité educacional publicó sobre ella. Entonces, el 29 de julio de 1999, Susan Wood, del programa de televisión Holmes entrevistó al ministro de educación, Nick Smith, y al director del colegio Scots, Wellington, que dijo que era necesario incluir más hombres en la enseñanza primaria (elemental), y que necesitaban que se les tranquilizase asegurándoles que las denuncias no fundamentadas de abuso o acoso sexual no arruinarían sus carreras.
En Inglaterra, los hallazgos del professor Richard Kimbell, de la Universidad de Londres, referidos a este tema han recibido difusión internacional. Y “los hombres se han convertido en la nueva clase sumergida de la universidad de Australia,” de acuerdo con el artículo, “Hombres: las rubias de los noventa,” en la revista de educación Neozelandesa (NZ Education Review), 4 de noviembre de 1998.
Fergusson y Horwood (1997) se encontraron con que, en todas las comparativas educacionales, los chicos entre los 8 y los 18 años lo hacían peor que las chicas. Sus datos serían compatibles con la conclusión de que la arbitrariedad de los profesores contra los chicos es en parte criticable. El director de la Universidad de Motueka indicó que muchos chicos afirman que “los profesores favorecen a las chicas antes que a los chicos” (The New Zealand Education Gazette, (La gaceta educativa de Nueva Zelanda) 14 de junio de 1999, pág. 4.), aunque él no estaba de acuerdo con ellos.
Cuando las chicas dicen esta clase de cosas, las feministas alzan su voz unidas para apoyarlas, pero se trataba de chicos y el director no se los tomó en serio. Pienso que debemos dar credibilidad al testimonio de estos chicos – después de todo, son los consumidores del proceso educativo y sus sentimientos y opiniones merecen ser tomadas en consideración. Si no lo son, este hecho por si mismo es indicativo de una arbitrariedad en contra de los chicos.
Considerando mi experiencia como profesor en Nueva Zelanda, la arbitrariedad anti masculina está tan enquistada entre mis colegas que estos son incapaces de reconocerla incluso cuando la tienen delante. En un departamento en el que daba clases, una profesora tenía un llamativo letrero en su pupitre, en el cual podía leerse, “Los hombres no saben hacer nada”. Protesté ante el jefe del departamento, quien instó a la profesora a retirarlo. Sin ninguna duda, la profesora había pensado que no era más que una broma, pero ¿en qué parte del mundo occidental podría un profesor varón tener un letrero en su mesa diciendo, “las mujeres no saben hacer nada”- con la excusa de que se trata nada más que de una broma? Una colega veterana (y feminista) remarcó una vez que una proporción de seis mujeres a dos hombres en una reunión del comité sindical era un “excelente balance de género” (posteriormente fue promocionada), y el presidente varón de una reunión regional del sindicato de profesores dijo que los hombres eran “demasiado estúpidos como para manejar las cerraduras con combinación” (en las puertas de los cuartos de baño). Aparte de a él a nadie más le hizo gracia.
Posteriormente, cuando saque el tema en una reunión ejecutiva de la rama de mi unión sindical, ¡la mayor parte de los hombres se rieron! En lo concerniente a los profesores izquierdistas, el sexismo contra los hombres y los chicos no representa ningún problema. Sólo el sexismo contra las mujeres merece atención.
Si yo no hubiese hecho mención de estos tres casos, nadie se hubiese dado cuenta- son típicos de la misandria (odio contra los hombres) diaria endémica en la profesión de profesor. Probablemente, ésta es la razón por la que Sue Wood, del programa de televisión de Holmes, tuvo que acudir hasta el director de una escuela de alto nivel para encontrar a alguien que hablase claro públicamente en defensa de los chicos (29 de julio de 1999)
Una razón más para esto bien podría deberse a que los currícula, y los métodos de enseñanza y evaluación están siendo alterados sistemáticamente para favorecer a las chicas sobre los chicos- resulta difícil saber si esta situación es resultado de una conspiración deliberada o un resultado accidental de la feminización generalizada de los sistemas educativos que se está produciendo en muchos países.
Por ejemplo, parece que los chicos sacan más partido de la competición que las chicas, pero la competición es políticamente incorrecta y los profesores la coartan. La evaluación continua está reemplazado permanentemente a los exámenes en algunos países.5 Esto elimina el anonimato de los exámenes escritos y permite una plena libertad para los perjuicios antivarón de los profesores. Otro factor es la prohibición del castigo corporal, cuando el castigo corporal ha tenido un efecto favorable en la conducta y actitud de algunos chicos (en mi experiencia como profesor) Numerosos políticos neozelandeses opinan que retirarlo del sistema escolar es una de las causas principales de la gran cantidad de expulsiones de chicos. Aproximadamente tres cuartas partes de las expulsiones afectan a chicos (New Zealand Education Gazette (Gaceta educacional de Nueva Zelanda) 14 de junio de 1999, página 5.)
Áreas específicas del tema pueden también verse sujetas a la misma tendencia. De acuerdo con un artículo en el New Scientist, (Nuevo científico), 5 de abril de 1997 ("How Speech is Built from Memories," (“Como se construye el discurso desde los recuerdos,”) por Robert Pool):
“Neurocientíficos estadounidenses… sugieren que las mujeres conservan más palabras en la memoria que los hombres...los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de tener dificultades con los verbos regulares después de padecer enfermedades que dañen la memoria de procedimiento. Pero ambos tienen problemas a la hora de construir el tiempo pasado de verbos inventados como por ejemplo “spuff” (“spuffed”). Esto sugiere...que las mujeres almacenan más palabras en la memoria que los hombres, y recurren a las normas sólo cuando se encuentran con palabras que no les son familiares.”
Esto indicaría que hacer hincapié en las reglas gramaticales en la enseñanza del lenguaje favorecería a los chicos mientras que disminuir la importancia de estas reglas favorecería a las chicas. La tendencia dentro de la enseñanza del lenguaje durante los últimos años ha seguido la dirección de restar importancia a las normas y permitir que los estudiantes de un nivel normal desarrollen unas habilidades superficiales para desenvolverse en la comunicación oral lo más pronto posible. Este es el núcleo del enfoque comunicativo referido a la enseñanza del lenguaje. La enseñanza del lenguaje es una profesión dominada por mujeres que ha descartado el enfoque antiguo basado en la gramática y la traducción por considerarlo demasiado académico y elitista- especialmente en países como Nueva Zelanda, donde los lenguajes no son una parte obligatoria del curriculum. Para hacer esta asignatura opcional atractiva para los estudiantes, los profesores no se ven inclinados a hacerla parecer demasiado difícil.
Conclusión
A pesar de todo, tres prometedores proyectos educativos se han puesto en marcha recientemente en Australasia: El ejecutivo nacional de la asociación de profesores de post primaria (PPTA) tiene ahora un miembro designado con responsabilidades específicas en temas de chicos- y yo fui elegido para la posición de contactos de hombres en la rama de correspondencia escolar de la asociación de los profesores de posprimaria, con responsabilidad para temas de chicos y temas de hombres, en paralelo con los contactos de mujeres de larga duración para los temas de chicas y mujeres.
Estos dos proyectos se pusieron en marcha a inicios de 1999, pero para el comienzo del año 2000 mis esperanzas se habían venido abajo, hasta cierto punto. El primer hombre escogido por la PPTA para promover los temas de chicos demostró ser un varón feminista (en un artículo del PPTA News (Noticias de la asociación de profesores de postprimaria) de fecha 14 de febrero del 2000), y yo dimití de mi cargo derivado en 1999 cuando fui incapaz de conseguir apoyo de los miembros para luchar contra una decisión directiva de hacer propaganda de los estudiantes en una revista para mujeres, pero no en ninguna para hombres. Los consiguientes anuncios de televisión también se orientaron a programas típicamente seguidos por mujeres, más que a programas de deportes, por ejemplo. Sin embargo, no creo que los varones feministas sean capaces de monopolizar estas posiciones en el largo plazo.
En 1999, la asociación de estudiantes de la Universidad de Tasmania decidió mediante voto democrático crear el órgano administrativo del “funcionario para los hombres.” Esto provocó, por supuesto, un contraataque feminista, y se me comunicó por parte de la funcionaria educativa de esta asociación de estudiantes que el referéndum había sido declarado inconstitucional y se llevaría a cabo en una segunda ocasión, y en esta nueva oportunidad ella confiaba que la decisión sería la contraria.
Al igual que Henry Ford, no me gusta hacer predicciones- ¡menos aún si nos referimos al futuro! Aun así me mantengo optimista en la creencia de que la corona del victimismo será retirada de las cabezas de las chicas.