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Sexo, mentiras y feminismo

Capítulo 14: La Mentira de la representación masculina

Autor de la obra original: Peter Zohrab

Traducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave

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¿De que tratan los Derechos de los Hombres?

Los Derechos de los Hombres es la ideología de acuerdo con la cual los hombres tienen derechos intrínsecos que se les niegan frecuentemente en la actual cultura occidental—verdaderamente de acuerdo con esta idea, la sociedad no ha reconocido normalmente que los hombres, como hombres, llegaran incluso a tener derechos. En las sociedades occidentales las feministas han, desde hace más o menos 200 años (desde Wollstonecraft), establecido como un hecho la tesis de que la sociedad está dominada por los hombres y oprime a las mujeres. Este es el metatema que los activistas de los Derechos de los Hombres plantean, como un lógico (pero no necesariamente práctico) requisito previo al planteamiento de varios temas específicos.

Los partidarios de los Derechos de los Hombres consideran que las feministas han argumentado a favor de la “igualdad” únicamente en lo referido a temas escogidos por ellas, --utilizando una definición ad hoc de la “igualdad” (y raramente explícita) que desarrollaron ellas mismas, más que (por ejemplo) convocando una conferencia de todos los grupos interesados con el fin de aclarar los temas. Se argumenta que las feministas no han demostrado igualdad de género en temas tales como la custodia de los niños, la decisión de practicar el aborto del hijo nonato, el servicio militar obligatorio, deportes profesionales no separados, aplicación de la ley en lo referido a la violencia doméstica, patrocinio para grupos de hombres y mujeres, Estudios de Hombres frente a Estudios de Mujeres, ministerios de Asuntos Masculinos para complementar los de Asuntos de Mujeres, y subvención de la investigación en salud, etc…

Muchos activistas de los Derechos de los Hombres critican también al feminismo por depender de una idea restringida del poder político, por la cual un cómputo de los números relativos de hombres y mujeres en las posiciones de toma de decisiones importantes es suficiente para determinar si los hombres o las mujeres son los más poderosos. Los partidarios de los Derechos de los Hombres señalan que existen otras muchas formas de poder político-por ejemplo, el control sobre la información y los estereotipos de los que dependen los tomadores de decisiones como fundamento de sus resoluciones. Esta información y estos estereotipos, en Occidente, están en gran medida bajo el control de Hollywood, los medios de comunicación de masas, el sector educativo, y las burocracias-los cuales están todos fuertemente influenciados por el Feminismo, si no dominados de hecho por mujeres.

El termino “masculismo” (también conocido como masculinismo, varonismo) * es intercambiable con los “Derechos de los Hombres”, pero los conservadores en la escena de los Derechos de los Hombres a menudo reservan el término “masculismo” (masculism) para la rama liberal del movimiento de los Derechos de los Hombres (como lo tipificó el autor ex-feminista Warren Farrel). Los masculinistas liberales (del estilo de Farrell o Rod Van Mechelen) toman la postura de que las aspiraciones feministas a la igualdad de género deberían aceptarse como un hecho indiscutible, para a partir de ahí igualar a los hombres con las mujeres en aquellas áreas donde las mujeres estén sobreprivilegiadas. Los conservadores (como Richard Doyle, y particulares religiosos u organizaciones del estilo a los Guardianes de la Promesa) preferirían regresar a una división tradicional del trabajo entre los sexos.

La respuesta de las feministas al movimiento de los Derechos de los Hombres no ha sido normalmente el responderles a un nivel ideológico. Más bien, lo mismo han ignorado este movimiento que publicado nuevos temas (por ejemplo, los desórdenes alimenticios) en donde las mujeres podrían posiblemente aparecer como desfavorecidas, y/o intentado negar a los activistas de los Derechos de los Hombres el acceso a los medios de comunicación y editoriales o el ejercer influencia en los sistemas educativos y burocracias.

La mentira de la representación masculina es la creencia equivocada de que la gente (los hombres, específicamente) en posiciones de autoridad en los sistemas democráticos utilizan su poder principalmente para beneficiar a las categorías de personas (la categoría de los hombres, en particular) a las que ellos pertenecen. En los países occidentales, los líderes masculinos son accesibles sólo para una parte muy pequeña de su circunscripción electoral (los grupos de mujeres entre otros) y tienen tendencia a ignorar las demandas de los grupos de hombres.

De hecho, sin ir más lejos sólo tenemos que fijarnos en el presidente Bill Clinton para obtener un ejemplo perfecto de frente masculino. El era tan profeminista que el elemento principal que le libró de ser impugnado por perjurio en lo referido a su escarceo extramarital con Monica Lewinsky fue el apoyo organizado del movimiento feminista. Las feministas fueron agradecidas por su apoyo en el tema del aborto, el haber introducido a los homosexuales en las fuerzas armadas - en resumidas cuentas, su apoyo general a todas sus causas. Pero una vez que Hilary Clinton consiguió su asiento en el Senado y Bill Clinton abandonó la Casa Blanca, las feministas dijeron a sus contactos en los medios de comunicación que dejasen de apoyarlo, y entonces los medios de comunicación comenzaron a denigrarle como tendrían que haber hecho mucho tiempo atrás.

* Nota del traductor: Con estos términos, masculismo, masculinismo y varonismo se realiza un intento de traducción de las palabras candidatas a definir la doctrina de pensamiento en la que actualmente comienzan a reunirse las diferentes medidas y análisis realizados por diferentes grupos de hombres, involucrados en la solución de sus discriminaciones. Los términos usados por el autor en el original fueron: “Masculism” “Masculinism” y “Virism”, definiendo los tres vocablos una idea que en castellano se representa únicamente por masculinismo. Masculismo y varonismo son tentativas de traducción de Masculism y Virism, términos presentes en inglés, pero cuyo significado en castellano resulta casi anecdótico, debido a que el ya mencionado masculinismo monopoliza en exclusiva estos conceptos en castellano, simplificando las definiciones de esta cuestión, sin que exista prácticamente presencia de los otros términos en nuestro idioma. Sin embargo, en inglés parece existir una ligera connotación que diferencia estos términos: Masculism se utilizaría por ciertos sectores para definir la parte más liberal de los movimientos de los hombres y masculinist quedaría para los que se posicionan de un modo más conservador.

Por todo su poder, sin embargo, el feminismo es básicamente una ideología de escasísimo nivel intelectual que obtiene sus destacadas victorias mediante una combinación de intimidación, mentiras descaradas, distorsiones simplísimas y chantaje emocional, más que a partir de los méritos intelectuales de sus argumentos. Kate Millet , por ejemplo, es un nombre muy importante en la historia intelectual del feminismo moderno, aun así su razonamiento abunda en errores.

“Si se considera que el gobierno patriarcal es la institución mediante la cual esa mitad de la población que es femenina es controlada por la mitad que es masculina, los principios del patriarcado muestran ser dobles: El hombre debe dominar a la mujer, el varón más viejo debe dominar al más joven” (Kate Millet, 1972: Política Sexual. Londres: Abacus. Pág. 25)

Esa es la definición de Millet del patriarcado. Su punto crucial es la definición de “control”. A lo que Millet se refiere con este término se aclara a continuación:

“Nuestra sociedad… es un patriarcado. Es un hecho absolutamente evidente, si uno tiene en cuenta que lo militar, la industria, la tecnología, las universidades, la ciencia, el funcionariado político, y los asuntos financieros- en resumen, cualquier avenida del poder dentro de la sociedad, incluida la fuerza coercitiva de la policía, está completamente en manos masculinas” (ibid, pág. 25)

Es una buena regla general que, si quieres buscar las debilidades en la argumentación de alguien, encuentres frases que comiencen con palabras como “evidente”, “evidentemente”, “obvio”, u “obviamente”. Esto señala los débiles argumentos que el escritor/orador necesita apuntalar con un lenguaje que suene seguro. En este caso, la debilidad es el hecho de que la existencia de un gran número de hombres en estas profesiones no conlleva lógicamente que estén “controlando” a las mujeres más de lo que están controlando a otros hombres. Los hombres pueden ocupar muchas posiciones de alto rango, pero igualmente constituyen la mayoría en muchísimas de las ocupaciones de nivel bajo. Aun más importante, si la “fuerza coercitiva de la policía” se dirige principalmente contra las mujeres, ¿por qué los hombres constituyen la abrumadora mayoría arrestada por la policía?

Las feministas asumen que los funcionarios masculinos normalmente favorecen los intereses de los hombres por encima de los de las mujeres, lo cual sucede raramente. Cierto que los funcionarios masculinos pueden haber ignorado en algunas ocasiones una perspectiva femenina sobre ciertos temas, pero esto se equilibra con la caballerosidad paternalista, que lleva a los funcionarios varones a tratar a las mujeres más indulgentemente que a los hombres. Actualmente, en las sociedades occidentales, la propaganda feminista es la ideología dominante, y muy pocos funcionarios masculinos desconocen las posiciones feministas sobre cualquier tema, mientras que los puntos de vista a favor de los varones son tanto ridiculizados como ignorados. Al mismo tiempo la caballerosidad masculina apenas ha descendido, y los feministas masculinos son antivarón, así las mujeres lo tienen a su favor de las dos maneras.

Las funcionarias feministas de sexo femenino, por otro lado, utilizan su poder para beneficiar casi exclusivamente a las mujeres. Por ejemplo, la ministra neozelandesa de los Asuntos de las Mujeres, Christine Fletcher, utilizó su poder durante su ministerio para consolidar la posición del Funcionario de Salud de las Mujeres. Hizo esto sin realizar el más mínimo esfuerzo por demostrar que las mujeres tienen mayores necesidades sanitarias que los hombres, los cuales de ningún modo tienen un “Funcionario de Salud de los Hombres”. Esta mujer sexista se sentía verdaderamente apasionada respecto a la cuestión, ¡y éste fue el resultado!
El hecho es que podemos argumentar que los países democráticos son actualmente matriarcados, y que los políticos masculinos son los servidores asalariados de las feministas. La prueba determinante es si los políticos (principalmente varones) promulgan una legislación favoreciendo los intereses de los hombres más que los intereses de las mujeres. Lo que nos encontramos es que durante los últimos 200 años la historia occidental está acribillada con ejemplos de gobiernos mayoritariamente masculinos promulgando legislaciones que benefician a las mujeres más que a los hombres. Desde finales del siglo XVIII, gobiernos principalmente masculinos han promulgado leyes dando el voto a las mujeres, concediendo la igualdad salarial de las mujeres con los hombres, liberalizando las leyes de aborto para permitir el asesinato masivo de niños, aumentando las penas por violación, y así sucesivamente, todo sin proteger los intereses de los hombres en la familia, rituales de emparejamiento, comportamientos en el puesto de trabajo o instituciones educativas.

Políticas de la vagina.

Puede ser que la mayor parte de los que deciden en las instituciones políticas de la sociedad sean hombres, pero estos han hecho y hacen poco por los hombres y mucho por las mujeres. ¿Por qué?

Los varones que deciden están sujetos a la presión de mujeres individuales (amigas, miembros de la familia, etc.), tanto como a la de los grupos de presión femeninos. El feminismo creo el slogan, “lo personal es político”, y de este modo, cambiaron en numerosas ocasiones un dormitorio en un campo de batalla, obligaron a los hombres a escoger entre su matrimonio y sus principios, entre el amor y la integridad, entre la riqueza y la pobreza. Las políticas feministas también contribuyeron a aumentar notablemente las familias con dos fuentes de ingresos. Mientras que la patronal necesita que los empleados crezcan a aproximadamente el mismo ritmo gradual al que lo han hecho siempre, la provisión de los trabajadores casi se duplicó en el intervalo de unos pocos años. Los sueldos se estancaron mientras que los beneficios crecían y los ejecutivos masculinos que como consecuencia de todo esto prosperaron, tienen un interés comprometido con la perpetuación del sistema feminista y en satisfacer al sexismo feminista.

He aquí un ejemplo del comportamiento del feminismo masculino: en una asamblea regional de representantes de la unión de profesores a la que yo asistí, el presidente, que era pareja de una destacada profesora feminista, comenzó la reunión diciéndonos en que pisos se encontraban los aseos, y explicando, inexpresivo, que había cerraduras de combinación en los aseos de mujeres, pero no en los de los hombres,¡ porque los hombres eran demasiado estúpidos como para manejar las cerraduras de combinación! Nadie protestó ante este comentario patentemente sexista, pero mientras él miraba fijamente a través de la sala, recibió una mirada aprobatoria de parte de las mujeres por su comportamiento al estilo del tío Tom. Imaginémonos la furiosa reacción que se habría producido si hubiese afirmado que las mujeres eran demasiado estúpidas para manejar las cerraduras de combinación.

¿Cómo pueden seguir adelante con ese comportamiento? ¿Dónde están los grupos que hablan a favor de los hombres? Los grupos de presión de mujeres superan con creces a los de los hombres. Por ejemplo, con fecha de diciembre de 1999, una búsqueda en Altavista de “derechos de los hombres” producía 2,256 páginas/ resultados mientras que si se buscaba “derechos de las mujeres” se obtenían 39,527 páginas/resultados- 171/2 veces más. Clara evidencia de lo mucho que las feministas dominan los temas de género. Las voces de los hombres en esta área son prácticamente silenciadas por la abrumadora presión que las feministas ejercen sobre los tomadores de decisiones masculinos. A partir de esto podría casi afirmarse que las mujeres tienen aproximadamente 171/2 veces más poder que los hombres en las sociedades occidentales.

Existen varias formas de poder en la sociedad:

  1. El poder de los órganos decisorios, como los políticos, jueces y jurados;

  2. El poder policial y militar potencial para ejercer fuerza armada;

  3. El poder de los medios de comunicación para abarcar e incluir (o ignorar) ciertos temas si lo consideran oportuno;

  4. El poder de los educadores para inculcar valores en los que creen;

  5. El poder de los grupos de presión para influir en los medios de comunicación, los políticos y la burocracia;

  6. El poder de los burócratas para interpretar la legislación y las regulaciones, y discriminar en contra de ciertos usuarios.

Esta última forma de poder está también hoy en día mayoritariamente en manos de mujeres: La encuesta de Fuerza Laboral del Hogar Neozelandés de Diciembre de 1998, por ejemplo, mostraba que los hombres se concentraban en categorías de empleos referidas al trabajo con objetos, mientras que las mujeres se concentran en ocupaciones relacionadas con la atención al público. Es probable que este modelo sea el mismo en todo el mundo occidental.

Los hombres superan en número a las mujeres en:

  1. Agricultura, ciencia forestal, pesca por 107,300 a 49,900;

  2. Sector industrial por 195,700 a 86,300;

  3. Construcción por 104,300 a 12,500, y

  4. Transporte, Almacenamiento y Comunicación por 70,300 a 34,000.

 

Por otro lado, las mujeres superan en número a los hombres en:

  1. Educación por 89,600 a 41,000 y

  2. Sanidad y servicios comunitarios por 98,400 a 23,100.

En otras categorías (“Venta al por mayor, Comercio Minorista, etc.”, “Negocios y Servicios Financieros”, “Otros servicios” y “Sin Especificar”), los hombres y las mujeres estaban presentes en aproximadamente las mismas cantidades. Esto da a las mujeres un poder desproporcionado a la hora de administrar e interpretar –en el día a día- las normas y regulaciones que afectan a las vidas de hombres, mujeres y niños. Cuando un hombre o un chico entre en contacto con un trabajador social, psicólogo judicial, profesor, etc., esta persona será seguramente una mujer, o – si de hecho no es una mujer- un miembro de una profesión dominada por mujeres con una considerable tendencia en contra de los hombres.

La misandría en la tendencia dominante.

Actualmente, el feminismo está tan establecido que incluso la nieta de Mussolini, líder de un partido neofascista, se describía a si misma como feminista. Sin embargo, el feminismo del siglo XX se hilvana con la izquierda en general, y particularmente con el marxismo. Esta es la parte del espectro político a la que le gusta utilizar la palabra “opresión”.

Las feministas dependen muchísimo de la falacia de la representación masculina. Señalan el número de varones que toman decisiones como una evidencia de que el sistema favorece a los hombres. Este argumento es extremadamente superficial y ha prosperado sólo gracias a la falta de intelecto, objetividad y aportación masculina en los Estudios de Género. Por lo tanto, los Estudios de Mujeres son realmente más una ideología que una disciplina académica.

Las ideologías son semejantes a las religiones. Al igual que las religiones, una ideología como el feminismo o el marxismo es compatible con más o menos cualquier situación de los asuntos del mundo real. Todo teólogo e ideólogo lo suficientemente eficiente como para ganarse su sueldo puede explicar prácticamente cualquier aparente contraargumento, si es necesario, como irrelevante para sus creencias, y consecuentemente compatible con ellas. Sin embargo, las religiones tienen otro campo de acción que les proporciona mayor durabilidad que a las ideologías. Los errores políticos, económicos y militares suelen ser reprochados a los gobiernos y a sus ideologías más a menudo que a las religiones. Por este motivo las ideologías vienen y van.

El marxismo no es ya la fuerza que era. El feminismo ha estado ahí más tiempo que el marxismo, y está llamado a debilitarse por la práctica muerte del marxismo, debido a la alianza de facto entre los dos (por ejemplo, La dialéctica del sexo: en defensa de la revolución feminista, Shulamith Firestone, 1971). El feminismo comenzó como una ideología perdedora, pero lleva ya mucho tiempo firmemente afianzado en el sistema. Esto está ayudando a retirar las anteojeras de todos los hombres embaucados con sus protestas de opresión. De hecho, estoy bastante satisfecho de que Nueva Zelanda (en el momento en que esto se está escribiendo) tenga una Gobernadora-General mujer, una Primera Ministra mujer, una líder mujer del principal partido de la oposición, una Jefe de Justicia mujer, y una presidenta femenina de Telecom, la compañía más grande del país, porque esta situación hace más difícil para las feministas retratar a todas las mujeres como víctimas del “Patriarcado”. A medida que las feministas consoliden su poder, la gente las verá como el Sistema. Junto a este estatus llega el descarnado escrutinio que llevan tanto tiempo eludiendo, el cual no puede ayudar sino a su eventual desaparición.

La comparación de las mujeres con las minorías oprimidas se ha realizado en general de un modo completamente desequilibrado. Su búsqueda de similitudes entre las mujeres y los grupos minoritarios auténticos ha sido más que un poco tendenciosa. Las obvias diferencias entre las mujeres y las minorías auténticamente oprimidas, por el otro lado, han sido decididamente ignoradas. Por ejemplo:

  1. Las mujeres son una mayoría numérica en la mayor parte de los electorados;

  2. Tienen una esperanza de vida superior a la de los hombres;

  3. Sus enfermedades son mucho más investigadas que las enfermedades masculinas;

  4. La Ginecología es un campo de la medicina por derecho propio, pero las dolencias específicamente masculinas están ocultas dentro de la Urología; en la mayor parte de las universidades;

  5. Las mujeres tienen el voto, pero no tienen que hacer el servicio militar o su equivalente alternativo en los países donde los hombres tienen que hacerlo.-Por ejemplo Alemania y los Estados Unidos- tampoco son reclutadas en la primera línea del frente (ni siquiera en Israel);

  6. Las mujeres tienen muchas más probabilidades de conseguir la custodia de los hijos en los procesos de separación y divorcio;

  7. Hay muchos más hombres que mujeres encarcelados, incluso cuando las mujeres salen indemnes de los procesos por los crímenes de sus parejas masculinas.*

* Nota del traductor: El punto expuesto aquí por Peter Zohrab, se entenderá mejor si se ejemplifica con el caso muy conocido y reciente para los lectores castellanos de la corrupción en el ayuntamiento de Marbella, considerada a través de las experiencias de dos de sus más destacados protagonistas, Julián Muñoz y Maite Zaldívar. Si bien ambos resultaron directamente beneficiados de la ganancia económica ilegal resultado de esta trama delictiva, el principal imputado y penado fue el varón, resultando muy difícil el creer que Maite Zaldívar no intuyese la procedencia irregular de tan desproporcionadas cantidades de dinero, que enriquecían la unidad familiar y aumentaban su calidad de vida, elevándola a un nivel muy superior del que correspondía según el valor real del sueldo de alcalde de su marido, más aún, habiendo declarado públicamente el haber visto entrar en la vivienda familiar bolsas de basura repletas de dinero de procedecencia no aclarada. Sin embargo, y a pesar de haberse beneficiado directamente de una acción ilegal que seguramente conocía, su marido está recibiendo la mayor condena, el cual, asumiendo su rol, también se implicó más directa y activamente en el logro de los beneficios ilegales que después disfrutó la pareja en conjunto.

Las feministas se creen sus propias mentiras. Por eso casi nunca buscan la igualdad con los hombres en las áreas en las que los hombres están en desventaja comparados con las mujeres- ¿Cuantas manifestaciones has escuchado demandando que las mujeres sean reclutadas en las mismas condiciones que los hombres? Ciertamente, muchas feministas son implacables a la hora de utilizar sus posiciones de poder para hacer avanzar su causa. Hasta que esto cambie, ¿es verdaderamente una buena idea promocionar a más mujeres todavía a posiciones de poder aun mayores? Como dice el “Falso Profeta”:

No tiene ningún sentido el exaltar al humilde y al manso. No continúan siendo humildes y mansos una vez que se les ha exaltado.

(Martin Burke, el “Falso Profeta,”antiguamente en: http://blog.jazy.net/1997/01/interview-with-the-false-prophet/)

Actualmente el feminismo es hasta tal punto una parte del sistema en Occidente que resulta difícil para la gente- especialmente para aquellos que han estado sometidos a un “educadoctrinamiento” universitario convencional-el imaginarse otra visión mundial alternativa. Uno de los pocos contextos en los que puede vislumbrarse una de estas visiones alternativas es la siguiente descripción del debate que precedía a la preparación de un curso de “Introducción a la teoría feminista” en una universidad americana a comienzos de la década de los 80.

“Hace unos ocho años, cuando decidí desarrollar en la Universidad Williams un curso titulado “Introducción a la teoría feminista”, muchos de mis colegas tenían dos reacciones predominantes y por lo general inconsistentes. Uno de mis colegas tildó al curso como “una polémica política”. Resultó que el veía la teoría feminista como una ideología monolítica dentro de la cual los estudiantes ingenuos serían adoctrinados. Otro colega criticó al curso casi por las razones opuestas: El no veía nada teórico en la globalidad de la teoría feminista. Haciéndose eco de muchas críticas tempranas del pensamiento feminista, lo describía como una mezcla al azar de quejas que señalaban, pero apenas analizaban, la subyugación de la mujer.”

(Tong: Pensamiento feminista: una introducción global. Boulder, Colorado: Editorial Westview, 1989, pág.1)

Rosemarie Tong ganó la discusion, y los estudiantes de la Universidad Williams (como en cualquier otro lugar) escucharían pocos argumentos más a parte de estos en contra del feminismo; en vez de eso, muchos estudiantes medio ingenuos fueron auténticamente adoctrinados en una ideología que, aunque no del todo monolítica, se basó en el axioma de que las mujeres están oprimidas, y se dedicó a liberar a las mujeres de esta supuesta opresión.

Tiene cierta validez, también, para la crítica el que el feminismo no sea tanto una teoría (o grupo de teorías correlacionadas) como una asistemática colección de quejas (o “protesta organizada”)

“Los ataques feministas contra los varones son otra más de las fuertes acusaciones que desde la ciencia y el método científico pueden hacerse. En gran cantidad de campos científicos, se me hace claro que la evidencia con la que feministas como Kate Millet y Ti-Grace Atkinson suelen apoyar su causa es, en conjunto, irresponsable en su selección y…estrecha e injustamente interpretada…” (Tiger: ¿Dominio masculino? Si, desgraciadamente. ¿Un complot sexista? No. Reimprimido en Ruth (1980), pág. 205)

El calibre intelectual de los argumentos expuestos por las feministas es frecuentemente muy bajo, ya que no se ven obligadas a defenderse de críticas organizadas, sistemáticas procedentes de escuelas de pensamiento contrarias, como sucede con la mayor parte de las disciplinas académicas. La gente que lee lo que escriben las feministas generalmente son ya leales partidarios, y algunos académicos que discrepan son frecuentemente intimidados por miedo de lo que las feministas puedan hacerles a ellos o a sus carreras, si manifiestan su desacuerdo. Así la analogía más próxima a un Departamento de Estudios de las Mujeres es un Colegio Teológico

Otro motivo de la pobreza del contenido teórico del pensamiento feminista es que el feminismo es, primero y principalmente, un movimiento político. Al igual que el marxismo, el feminismo está más interesado en cambiar el mundo que en analizarlo. Por eso, en la mayor parte de los casos, no se recuestan y echan una mirada equilibrada y racional a la sociedad. Más bien, hacen al respecto tanto análisis racional como creen necesario para respaldar sus demandas políticas, o para formular otras nuevas.

Una tercera razón de la pobreza teórica del feminismo es que éste tiene que ver con la sociedad, lo cual significa que la teoría feminista sólo puede desarrollarse hasta el punto en que lo está el conjunto de la Sociología.Mucha gente estará de acuerdo en que la Sociología está lejos de alcanzar el estatus científico de una materia como la Química, por ejemplo.

Conclusión.

El feminismo es un constructo teórico intelectualmente deficiente, y no sobrevivirá a ningún ataque académico sostenido una vez que la mentira de la representación masculina se reconozca como tal. De lo que más están adoleciendo los académicos masculinos en la actualidad es del coraje para atacar al feminismo frontalmente. Hasta que eso cambie, las denuncias del feminismo tendrán que venir principalmente de las académicas femeninas o de los varones no académicos.

 

Prólogo a la versión española

Prefacio a la Edición NZEP

Introducción: ¿Qué es el Feminismo?

Capítulo 1: Narcisismo Feminista y Poder Político.

Capítulo 2: Circuncisión contra elección

Capítulo 3: Violación: Conservando Tu Pastel a Pesar de Habértelo Comido

Capítulo 4: Mentiras sobre la violencia doméstica, un dilema sin salida para los hombres.

Capítulo 5: Falsas acusaciones y la mentira del abuso infantil

Capítulo 6: La Mentira del Sistema de Justicia Masculino

Capítulo 7: Temas laborales y la mentira de que “las mujeres pueden hacer cualquier cosa”

Capítulo 8: Las mentiras sobre la educación

Capítulo 9: Mentiras, malditas mentiras y estadísticas de las Naciones Unidas.

Capítulo 10: La mentira de la igualdad

Capítulo 11: El derecho a la elección y el aborto

Capítulo 12: El Lenguaje sexista: ¿Cree Satán que ella es varón?

Capítulo 13 : Educadoctrinamiento mediante el complejo de los medios de comunicación y la universidad

Capítulo 14: La Mentira de la representación masculina

Capítulo 15: Manifestaciones del feminismo

Notas

Referencias

FAQ

Webmaster

Peter Douglas Zohrab

Latest Update

20 June 2015

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