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	Empowering Men: fighting feminist lies
Sexo, mentiras y feminismo Crítica de Steven Svoboda a “Sexo, mentiras y feminismo” de Peter Zohrab Autor de la obra original: Peter Zohrab Traducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave

Con “Sexo, mentiras y feminismo” Peter Zohrab ha demostrado ser capaz de alcanzar por sí mismo la gran calidad de las otras dos publicaciones Finch australianas relacionadas con este tema que también comenté. Pero debe decirse que el libro de Zohrab es algo diferente. Careciendo de los recursos de un editor reconocido, los valores de la producción ni tienen un nivel tan elevado ni tampoco la escritura es tan refinada o continua en su ejecución. No obstante posee otras fuertes virtudes que compensan. “Sexo, mentiras y feminismo” es uno de esos libros curiosos que se leen al instante como un clásico del movimiento. Muchos de los temas desarrollados por el autor han sido tratados con anterioridad, en ocasiones con mayor amplitud y detallismo. Aún así la inteligencia de Zohrab y su talento para el análisis agudo incluso de los temas aparentemente más familiares dotan de vida al libro y me han hecho pasar las páginas casi tan absorto como si estuviese leyendo una novela. El autor suministra una gran cantidad de impresiones originales y una plétora de felices e inusuales yuxtaposiciones de hechos. Mantiene al lector pensando sobre estos temas más sistemáticamente y al mismo tiempo de un modo más específico. Un libro que puede llevar realmente al lector a desarrollar o expandir nuevos modelos de pensamiento útil es realmente difícil de encontrar.

La versión actual de su libro es la tercera edición, y es evidente que el autor ha estado revisando y reeditando su trabajo durante estos últimos años. Podría pulirse todavía más. “Sexo, mentiras y feminismo” comienza de un modo bastante brusco, sin realizarse una introducción efectiva y desarrollando sus temas, causando un efecto similar a entrar en el cine en plena proyección de la película. A pesar de todo, una vez que ya estamos sentados, enseguida nos damos cuenta de que la película es tan interesante que casi no importa.

He aquí alguno de los hechos y síntesis útiles de los que trata Zohrab. El grupo poblacional de una edad inferior al año es el que sufre con diferencia el mayor número de asesinatos per cápita, la mayoría de ellos cometidos por sus madres. Más aún, si incluimos a los bebés, estaríamos creando una “igualdad nefasta”, dado que hombres y mujeres cometerían aproximadamente el mismo número de homicidios. El autor identifica las cinco mentiras fundamentales dichas por las feministas en relación con la violencia doméstica. En respuesta a la queja de Susan Brownmiller afirmando que las relaciones de poder entre los sexos están teñidas por la capacidad de cualquier hombre para violar a casi cualquier mujer en cualquier momento, Zohrab señala que estas relaciones están también teñidas por el hecho de que cualquier mujer puede gritar “violación” tras el acto sexual. Él desmonta en seis pasos principales el “específico Catch-22 (callejón sin salida) feminista referido a la violencia doméstica”, remarcando que las feministas nunca nos hablan de la violencia perpetrada por mujeres, y desmiente de un modo brillante la reivindicación feminista de que están trabajando por la igualdad. (Posteriormente, también nos indica varios de los temas en los que las feministas no buscan la igualdad). Nos proporciona además un convincente sumario de las diferencias entre las mujeres y las minorías auténticamente oprimidas.

Aunque en lo personal estoy en desacuerdo con la feroz oposición de Zohrab a la elección (de abortar, siendo esta decisión exclusiva potestad de la mujer), encuentro su argumentación en este punto tan persuasiva como sus otros planteamientos. No recuerdo haber leído nunca su firme réplica de que si los hombres están sujetos al reclutamiento militar forzoso y muchos podrían incluso llegar a morir en beneficio del bien común, ¿Por qué no deberían a su vez las mujeres verse sometidas a un “reclutamiento por concepción” en aras de ese mismo bien común? (Yo mismo podría añadir incluso que con los ratios de nacimiento inferiores a la tasa de relevo intergeneracional para algunos grupos sociales, esta cuestión se está volviendo más actual cada día). Zohrab prosigue planteándose la pregunta de porque permitimos casi automáticamente que las mujeres puedan abortar a sus fetos cuando sus vidas están en peligro, pero porque no aceptaríamos que un hombre obligado a participar en un ataque suicida asesinase a sus superiores. Ni porque no permitiríamos a un hombre rico casado con una caza-fortunas que está intentando asesinarlo con una dieta de alimentos ricos en colesterol el asesinarla a ella en un acto de autodefensa. ¡Posteriormente el autor emplea otro de sus ingeniosos reveses para demostrar, usando el mismo criterio feminista, que son en realidad las mujeres quienes oprimen a los hombres!

Zohrab saca un gran provecho incluso de temas que ya han sido tratados en repetidas ocasiones por otros autores. Por ejemplo, si las mujeres son el sexo oprimido, ¿de que manera explican las feministas que los hombres sean quienes tienen las tasas más elevadas de encarcelamientos? Nos llama la atención sobre los doscientos años de gobiernos fundamentalmente dirigidos por varones, implementando legislaciones que benefician a las mujeres más que a los hombres, incluyendo el sufragio femenino, aceptando el sueldo igualado de las mujeres con los hombres, facilitando la normativa para abortar, aumentando las penas por violación, etc., todo sin proteger los intereses masculinos en relación con la familia, los rituales de cortejo, las conductas en el puesto de trabajo o en las instituciones educativas. Zohrab no es tan conservador como para aceptar la homofobia dentro de los movimientos de hombres, de la cual se lamenta.

Uno de los mejores aspectos de su libro son algunos párrafos brillantes y valientes en los que de un modo provocador intenta analizar como los grupos logran ser definidos como “oprimidos” y entra a discutir algunos de los puntos poco claros de la sociedad sobre este tema. ¿Cómo hemos decidido que los croatas eran los buenos y los serbios los malos? ¿Estuvo basada esta decisión en un análisis imparcial de los acontecimientos? Parafraseando a Mark Twain, nada es menos común que el tipo de sentido común empleado por Zohrab cuando nos plantea simples avisos, como la noción de que si la mala conducta de las mujeres en la sociedad es un resultado de su socialización dentro de una sociedad patriarcal, también deberá de serlo su buena conducta.

Zohrab se nos presenta en cierta medida como un genio desorganizado. Los errores tipográficos aparecen de vez en cuando, además de algunos párrafos en los que no dice del todo lo que nosotros sabemos que desea expresar. Pero afortunadamente él no es demasiado desorganizado, y su estilo de escritura tiene muchas perlas que ofrecernos. En una de las más elegantes metáforas que yo he encontrado jamás dentro de la literatura sobre los derechos de los hombres, Zohrab escribe que las agencias feministas “tienen una especie de fuerza “gravitatoria” que aplican sobre la verdad, moldeándola a su favor”. Como estos grupos son parte de nuestro universo, después de un tiempo la mayor parte de nosotros apenas notamos las distorsiones a las que han dado lugar en la fábrica del espacio tiempo.

Hemos escuchado mucho sobre esto con anterioridad, pero nunca lo habíamos oído lo bastante dicho de este modo. Zohrab realza y afila cada cosa que dice. Si viviésemos en una era con unas políticas de género sanas, el sería, o al menos escribiría igual, que uno de los hombres más sensibles del mundo. Mientras tanto, puede al menos iluminarnos, en ocasiones inspirarnos, y ayudarnos a guiar a la sociedad hacia ese día que todos nosotros anhelamos.

El crítico J. Steven Svoboda es un artista de la performance, un poeta, un abogado por los derechos humanos, director ejecutivo de la organización Abogados a Favor de los Derechos del Niño, (Attorneys for the Rights of the Child) que fundó en el año 1997. Puede ser contactado vía Email en arc@post.harvard.edu

Everyman: A Men´s Journal, (Cada hombre: Un periódico de los hombres). Número 55, Junio.